José Enamorado celebra su primer gol con Junior en la final contra Tolima.
José Enamorado celebra su primer gol con Junior en la final contra Tolima.
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Juan Pablo Mercado

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José Enamorado, un jugador de finales que acaricia su segundo título con Junior

Ha sido la gran figura del equipo tiburón en este semestre y un dolor de cabeza para las defensas rivales.

“José Enamorado me ganó la final en 2023”, confesó en una de sus ruedas de prensa el técnico del Junior, Alfredo Arias.

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El uruguayo se refería a aquella final que el equipo que en ese entonces dirigía, Medellín, perdió por penales ante el Junior de Arturo Reyes.

En el partido de Barranquilla, en una tarde decembrina, Enamorado le hizo la fiesta al ‘Poderoso de la Montaña’ junto a Carlos Bacca, quien marcó un doblete, y Déiber Caicedo. El extremo marcó el segundo gol de los rojiblancos cuando recibió un pase dentro del área de Gabriel Fuentes y desde ahí logró sacar un remate sin mucha fuerza que se metió en la portería defendida por Andrés Mosquera Marmolejo.

Después, con el partido 2–0, desde su propio campo, le tiró un pase en profundidad a Caicedo, quien solo contra el portero remató por encima del travesaño.

Ese mismo José Enamorado volvió a aparecer el viernes en el partido de ida de la final de Junior contra Tolima. Le dio un baile a toda la defensa del cuadro pijao, lo sufrieron Marlon Torres, Junior Hernández, Bryan Rovira y el portero Neto Volpi. Y ni se diga el técnico Lucas González en la raya, quien no tuvo más remedio que reconocer lo demoledor que fue el extremo juniorista para su equipo.

Enamorado participó en los tres goles que Junior le marcó al Tolima y fue una pesadilla para sus defensores en el primer tiempo, como también lo reconoció González. Sobre el final apareció con otro pase magistral para Joel Canchimbo, que no fue gol por la atajada impresionante de Neto Volpi.

Enamorado elude a Bryan Rovira en la acción previa al primer gol.

Enamorado ha sido la obra maestra de Alfredo Arias en Junior, el mismo técnico que lo llevó del Real Cartagena al Deportivo Cali y luego a Santa Fe.

Su evolución ha sido evidente. En este segundo semestre ha vuelto a ser un jugador temible para los equipos rivales. Es, junto a Steven ‘Titi’ Rodríguez, el máximo goleador de Junior en la Liga con siete tantos cada uno. Todo el juego ofensivo gira en torno suyo y el conjunto tiburón le ha sacado provecho con creces, no solo con sus goles, sino con los penaltis que le han cometido: cinco en total.

En los cuadrangulares hizo jugadas de fantasía, como en el partido ante Nacional, en Itagüí, donde dejó regados a varios contrarios y luego se la sirvió a Guillermo Paiva, quien sacó un zapatazo desde fuera del área que venció a David Ospina.

En la vuelta contra los verdolagas, en Barranquilla, desbordó por su banda y tiró el centro para que Canchimbo rematara y anotara el gol del empate parcial.

También fue víctima de una notable atajada de Jorge Soto, portero del América, en el partido en Cali, que terminó empatado a un gol, y en el juego en Barranquilla, contra este mismo adversario y guardameta, falló una jugada de gol increíble.

Enamorado es un jugador al que muelen a patadas en todos los partidos para poder detenerlo. Que a veces falla, pero vuelve a intentarlo. Que a veces decide mal, no tanto como antes, pero buscando lo mejor para el equipo. Que no descansa, que siempre está buscando el momento y el lugar para poder hacerle daño al rival.

En este semestre decidió ponerse la mítica camiseta 10 del Junior y hasta ahora no le ha quedado grande. Por el contrario, ha hecho honor a ella y a quienes la portaron en el pasado.

Es un jugador, como dice Alfredo Arias, de esos que invitan al público a pagar una boleta para asistir al estadio. Que encarna la alegría del fútbol y que le da al hincha la posibilidad, cada vez más escasa, de ver una gambeta o una finta.

Arias lo defendió de aquellos que lo tildan de “simulador”, cuando dijo que deberían protegerlo más del juego brusco de los rivales.

Enamorado disputa la pelota con Marlon Torres.

“¿Te volviste loco, Enamorado?”, se le escuchó a más de uno tras presenciar la joya de gol que hizo para poner a ganar a Junior ante Tolima, y que desató la locura en el Metropolitano.

Marlon Torres y Bryan Rovira quedaron desparramados en la grama y las manos de Neto Volpi se fueron en blanco en su intento de atajar el zurdazo que Enamorado clavó en el ángulo del arco tolimense.  

Enamorado demostró ser un jugador de finales, que con su habilidad en el uno contra uno es capaz de destrozar cualquier defensa. Es el arma mortal de Junior, difícil de controlar porque si algo tiene es que totalmente impredecible.

Está a punto de ganar su segundo título con Junior y, como el alcanzado en 2023 ante el Medellín, siendo un gran protagonista.